¿Cuando escuchas la palabra ambición? ¿A que te recuerda? ¿Quizá el deseo de conseguir riqueza? ¿Y la humildad? ¿Te resuena a pobreza? ¿Asumes que la ambición o la humildad son causas de tu éxito o de tu fracaso? ¿Crees que son el detonante de que alcances o no tus objetivos?
La palabra humildad se usa con demasiada frecuencia cuando nos referirnos a personas con pocos recursos. Para mí, una dañina confusión. Se asocia la humildad a la pobreza y se nos dice que ser humilde es bueno y ser ambicioso es malo.
Puedes tener una gran ambición por vivir y ser una persona tremendamente humilde. No por ser ambicioso con tu vida haces daño a nadie. Te limitas a soñar, a disfrutar, a celebrar la vida. Tu vida, la vida de tus amigos y tu familiares están deseando de compartir buenos momentos, te lo mereces. ¿A qué estas esperando para vivir abundantemente con humildad?
Qué tan necesaria es esta ambición por la VIDA y qué tan necesaria es la humildad para VIVIRLA.